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Capitanía de Las Palmas determinó alejar el buque para garantizar la seguridad de las personas […] y evitar el riego de contaminación al levante de la ciudad y la potabilizadora”. Esta es la breve explicación que emite el Ministerio de Fomento para excusar las críticas recibidas por algunos expertos ante la falta de justificación por las decisiones tomadas entorno al hundimiento de la embarcación rusa; situación que nos trae a la memoria el hundimiento en 2002 del Prestige que provocó el vertido de más de 77.000 toneladas de petróleo por las costas Gallegas.

El naufragio  del buque Oleg Naydenova, se ha producido a 15 millas de la Costa Canaria, cerca de una Zona de Especial Protección (ZEC) con gran riqueza ambiental y que se encuentra protegida por legislación ambiental europea a través de la Red Natura 2000, que distingue los espacios de mayor valor ambiental. Esto podría provocar graves daños ambientales debido a las casi 1.500 toneladas que alberga en su interior.

Pese a existir una gran diferencia en la capacidad de fuel que transportaba cada una de las embarcaciones, lo que no parece resultar lógico es que no se activase el Protocolo contemplado en el Plan Nacional de Contingencia. Y además, resulta cuanto menos sorprendente que a pesar del gran impacto – no solo ambiental sino también social – que tuvo el incidente del Prestige, sólo 13 años después se vuelvan a incurrir en los mismos errores.

Y es que los expertos coinciden en que el vertido resulta más controlable en un espacio acotado y a resguardo que en alta mar. Aun así, el buque fue sacado  del puerto y trasladado a mar abierto, para después ser remolcado al sur de Gran Canarias, donde finalmente ha acabado por hundirse a 2.400 metros de profundidad.

Las primeras consecuencias ambientales ya se han hecho patentes, al encontrarse diversas especies marinas, como la “tortuga boba” totalmente cubiertas de chapapote.

Desde el Departamento de Derecho Medioambiental de CRG Abogados, lamentamos enormemente este trágico incidente y nos apena que una vez más sea nuestro entorno natural el que directamente tenga que sufrir las consecuencias de negligencias en la toma de decisiones.

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